"AND EVERYWHERE I GO THERE'S ALWAYS TO REMIND ME OF ANOTHER PLACE AND TIME..."
(AUDIO QUE PASEA HOY POR MI MENTE: "REMIND ME" DE ROYKSOPP)
Mi vida es como un simple vídeojuego. Yo guío al personaje, personaje que lleva mi nombre, mis ropas, mi color de piel, mis pies y mi camino. Me enfrento a los enemigos, con un arma que empuño con fuerza y que afilé con ímpetu y ganas.
A veces empiezo nuevas partidas donde muero en el intento de rescatar a mi princesa. Otras veces continuo con partidas que dejé a medio hacer. Y son pocas las ocasiones en las que, desde lejos, vislumbro un rayo de esperanza, con forma de mujer, encerrada en algún castillo llamado corazón.
Si no me he entrenado antes, si no he jugado más de una vez para saber los trucos de las pantallas de mis días, los peligros van hiriendo a esta coraza que cada vez se siente más débil. Pero mi personaje, con nombre propio, revive en cada partida, dando comienzo a un nuevo paisaje.
Revive porque aún tiene mucha vida por delante. Y, como en todo vídeojuego, aunque aparezca un "game over", siempre tiene la oportunidad de empezar de cero.
Así actua el personaje de mi vídeojuego. Vídeojuego que es mi vida. Personaje que soy yo. Y yo la protagonizo.
