Escribo sin parar. Entre llamada y llamada, en horario de trabajo. 12.25. Una hora para comer. Escribo, escribo, escribo. El bolígrafo va solo, mi mente corre sola, el corazón le mete prisa.
Impregno folios de palabras coherentes, incoherentes, no lo sé. No sé si a alguien le interesa esto pero me da igual. No escribo con el fin de que se me alabe, de que se me dé el papel protagonista de vuestros cuentos. El caso es que escribo, relato, cuento, explico, describo, exteriorizo día a día, sin parar.
Gracias por desaparecer de mi vida, es lo único que puedo agradecerte. Porque me estoy encontrando a mí misma a pasos de gigante.
Mi mano baila sola. Gracias por abrir la caja de Pandora. Tengo tantas cosas que decir que no pienso parar. Si me leéis, bienvenidos a este mundo, el mío, el tuyo, de pocas palabras.
"SE CONVIERTE EN LA LUNA DE MIEL..."
(AUDIO QUE PASEA HOY POR MI MENTE: "ROMEO Y JULIETA" DE QUIQUE GONZALEZ)
