DESPUÉS DEL DÍA

martes, 6 de mayo de 2008

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Háblame de la noche.



Me gusta que me propongas este tema. Simplemente porque me gusta la noche. Crezco en ella, acompasada con los cantos silenciosos de la luna. Me gusta estar rodeada de oscuridad. Me gusta ir a contracorriente. La gente ama los días de sol, los días de verano. Yo huyo de ellos y me protejo en los días de invierno, acompañada por el frío de la mañana, que despierta mis entrañas y hiela mis sueños con un suave tul gris.



Te hablo de la noche y puedo hablarte de seres durmiendo, disfrutando de la paz de sus sueños, huyendo de las pesadillas. Te hablo de la noche y puedo hablarte de cuerpos empapados en sudor, disfrutando del placer de unas almas unidas por la música o por mil jadeos de deseo. Te hablo de la noche y puedo hablarte de colores pardos, tumbados por el murmullo de las hojas al moverse con la suave brisa.



Te hablo de mi noche, vacía de compañía, pero regada por la esperanza de un mirar que me acompañe dentro de poco.



Te hablo de mi noche y te hablo de la felicidad de mis ojos al mirar las estrellas.



Esas estrellas que aún siguen ahí aunque yo nunca haya pedido su presencia...