Empezó siendo un concurso de nuevos talentos. Un espacio cerrado donde gente con ilusión y ganas se comprometía a entrar para salir convertido en una estrella capaz de brillar con luz propia. Gente con cierto talento, voz y ganas de aprender, de superarse, de pagar a cualquier precio el hecho de ser famoso y poder vivir de un sueño llamado música.
Continuó siendo un programa donde cada vez se apostaba y se soñaba más pero se derrochaba menos talento. Los concursantes iban y venían y muchos caían en el olvido por el simple hecho de darse cuenta que, en el mundo de la música, no todos tienen cabida.
Y este mismo espacio televisivo ha acabado siendo un mero espectáculo de gente sin ganas de triunfar pero sí con mucha motivación para vivir del cuento, del éxito fácil y las críticas destructivas.
Me parece lamentable que se esté tratando así al mundo de la música. Un mundo que tendría que estar un poquito, solamente un poquito, más respetado por estos concursantes del tres al cuarto que entran creyéndose los poseedores de un talento que, realmente, no existe y deja mucho que desear.
Concursantes que presumen de poder llegar y triunfar sin esfuerzo alguno. Concursantes que no respetan a aquellos cantantes de verdad que se han esforzado día tras día para poder triunfar, sin ningún tipo de ayuda como un medio tan abrumador como es la televisión.
"Operación Triunfo", a día de hoy, este año, se podría llamar "Operación fracaso", porque semana tras semana, solamente se nos está ofreciendo una batalla campal de insultos y vejaciones, mezcladas con cualquier cosa estúpida que se aleje del mundo de la música. Lo que menos oigo y escucho cada martes son buenas voces, es buena música.
Por eso, cuando me siente en el sofá de mi casa dispuesta a ver un espectáculo de un arte tan castigado como es la melodía, cambiaré el chip para no avergonzarme del lamentable caos que se está viviendo en este programa que tanto deja que desear.
El significado de la música no se encuentra ahí, ellos no lo conocen. Espero que más de uno se esté dando cuenta.
La máquina de hacer dinero ya no da para más. Todo tiene su fin. Afortunadamente.
