ESCAMAS

martes, 24 de junio de 2008

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Como el jabón resbalando sobre un cuerpo mojándose bajo una ducha. Así se va la vida. Efímera. Fugaz. Mezclada con el agua de nuestros sueños.




Nuestra piel absorbe cada gota de ese jabón. Y nuestros ojos, día tras día, aprenden a no perder ni un detalle de cada amanecer, de cada atardecer. Nuestra piel también es capaz de absorber las ganas de vivir que nos devuelve cada rayo de este sol del verano que acaba de empezar. Cada luna de nuestras noches.





Paso mis manos por mi piel y me doy cuenta de que sigo viva. Realmente eso es lo importante...¿o no?