EL AGUA DEL DESEO

jueves, 10 de enero de 2008

 




Quema demasiado. No sé cómo se me ha ocurrido acercarme a la orilla descalza, y más teniendo en cuenta lo lejos que hemos dejado la toalla.




Julia ha decidido quedarse tomando el sol. Traje de baño milimétricamente ajustado a cada centímetro de su cuerpo, mostrando lo justo para que yo pierda la cabeza y la noción del deseo aunque solamente sea por una décima de segundo.




La miro desde la orilla, con los pies ya metidos en el agua. El frescor de las olas contrasta con el calor que, ahora mismo, desprende los rincones de mi mente. Daría lo que fuera para que toda la gente que abarrota la playa desapareciera, dejándonos a mí y a ella buceando en medio de este agosto, en nuestras sales, permitiéndonos el lujo de rozar con nuestros labios cada estrella de mar...




"A veces las cosas del corazón son como las partidas de ajedrez. Movemos la ficha en relación al movimiento del otro..."

1 comentarios:

Anónimo dijo...

ahi algo que encanta hacer siempre que me conecto y es ver tus entradas...
jo, es que mira que escribes bien, ademas haces que aquel que lea lo que pones se adentre en la historia y se imagine todo, esa playa, ese calor, ese fresquito del mar, ese agobio de gente, ese ojala...
y como bien me has dicho cada uno que piense lo que quiera, jajajajaja

sigue asi guapetona, no cambies nunca.

aqui tienes una lectora asidua :D