(AUDIO QUE PASEA HOY POR MI MENTE: "CREEP" DE TLC

"YES...IT'S ME AGAIN AND I'M BACK..."

"...Los jueces aprueban que las mujeres maltratadas puedan llevar escolta..."

Ojalá sea cierto y la imposición de escoltas, (en casos excepcionales, según indican...), pueda ser una realidad dentro de poco. Porque cualquier mujer maltratada se merece cierto grado de protección frente a cualquier maltrato físico reiterado que pueda sufrir por parte de su pareja. Porque la violencia de género es un problema sin posibles grandes soluciones, pero sí con posibles pequeñas contribuciones, como esta, que puede disminuir los casos de maltratos.

Inevitablemente y desgraciadamente, este problema social no se ha podido solucionar con alguna que otra ley. Va más allá de cualquier ley, ya que se trata de un conflicto social y actual que nace cada vez en más senos familiares, que reside en la mente del supuesto maltratador.

La violencia por parte del género masculino es un acto machista, es un acto de imposición de ideas, de intentar anular por completo la esencia física y mental de la pareja. Cada caso de violencia de género es un mundo. Puede existir en la mente del maltratador debido a una infancia donde la violencia reinaba en el hogar o puede ser, simplemente, un acto de superioridad hacia la persona que se tiene al lado.

Dicen que los maltratadores, normalmente, son personas con falta de autoestima que, a través de pisotear a cualquier persona que tengan al lado, alimentan esta falta con dosis de palizas, insultos y demás hechos aberrantes que les hacen sentirse superiores.

La solución no está cerca. Hablar de una rehabilitación por parte de los maltratadores es posible y, en muchos casos y siempre que el maltratador muestre un esfuerzo e interés, esta rehabilitación ya citada se puede conseguir.

Mientras tanto, cualquier medida de seguridad y protección hacia la mujer que sufre un trato vejatorio, ya sea o no en casos excepcionales, será bienvenida. Porque cualquier persona, sea del sexo que sea, tenga la edad que tenga, se merece vivir en condiciones donde nadie le imponga sus normas, su manera de pensar, de una forma tan triste y lamentable como es la violencia física o mental.